Contexto
Contexto
La información a continuación contextualiza algunas de las características del río Atrato, su cuenca y la región del Chocó. Gracias a los documentos que nos compartió el IIAP (Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico) podemos compartir esta información. Se encuentra más información en la ventana de LITERATURA que contiene artículos científicos relacionados al río Atrato.
Características
El río Atrato es considerado el río más caudaloso de Colombia y uno de los ríos más caudalosos del mundo. Nace en el cerro de Caramanta entre en los Altos de la Concordia y los Farallones de Citará a una altura de 3900 metros sobre el nivel del mar. El Atrato recorre gran parte del departamento del Chocó y en dos tramos de su curso sirve como frontera departamental entre Chocó y Antioquia y por su navegabilidad constituye uno de los medios de transporte de la región. Asimismo, hace parte del Chocó biogeográfico, considerada la zona con más biodiversidad del planeta y una de las más lluviosas, de ahí el alto caudal que muestra este río. Cuenta con una profundidad media de 11 metros y 282 metros de ancho en promedio.
A lo largo de los 750 kilómetros de su curso el río Atrato riega cuatro secciones con características geomorfológicas distintas. Se puede dividir en tres partes, la cuenca alta, que va desde su nacimiento hasta la ciudad de Quibdó, la cuenca media, que va desde la ciudad de Quibdó hasta la población de Bellavista y la cuenca baja, que va desde la población de Bellavista hasta su desembocadura en el golfo de Urabá. El río Atrato atraviesa el Parque Nacional Natural de Los Katíos y luego se divide en siete bocas, cuyas aguas desembocan en el golfo de Urabá y sirven además como acceso al mencionado parque.
El río después de la desembocadura del río Bojaya, se bifurca en dos brazos, llamados Murindó y Montaño, formando lo que se denomina la Isla Grande, para unirse nuevamente en las cercanías de la población de Domingodó. En sus cuecas media y baja, presenta pendientes relativamente bajas, que permiten su navegación hasta la ciudad de Quibdó, la capital del departamento de Chocó.
Climatología
La caracterización climatológica tiene por objeto definir el régimen de los principales parámetros climáticos, por medio de su distribución espacial y temporal, tales como precipitación, evaporación, temperaturas, humedad relativa, brillo solar y velocidad del viento.
La precipitación en la cuenca del río Atrato se rige básicamente por la Zona de Confluencia Intertropical, que es una banda de baja presión, que se desplaza de sur a norte en el primer semestre del año, alcanzando aproximadamente los 7 º de latitud Norte, para luego desplazarse hacia el sur del país.
Esta zona de confluencia, por la influencia de los vientos Alisios, se desplaza por la cuenca del río Atrato, durante los meses de abril a junio, durante el primer semestre del año y de septiembre a noviembre durante el segundo, siendo este último el más lluvioso del año.
Como la cuenca del río Atrato se encuentra entre la serranía del Baudó y la cordillera Occidental de Colombia, se logra que los vientos del Pacífico, que entran al continente cargados de humedad, asciendan en la atmósfera y descarguen grandes volúmenes de agua.
Suelos
Los suelos deben sus características a la interacción de los denominados factores de formación, como son: clima, organismos vivos, relieve, material parental y tiempo.
En la región del Chocó las condiciones climáticas extremas y las formas del relieve son los dos factores más importantes en la evolución de los suelos. La alta precipitación pluvial, la humedad excesiva en el ambiente y las temperaturas propias del trópico cálido superhúmedo aceleran los procesos de alteración de los minerales primarios y los de pérdida por lavado de los elementos químicos, muchos de los cuales son indispensables para la nutrición vegetal, por lo que el componente orgánico del suelo pasa a ejercer una acción fundamental en este aspecto.
El relieve, a su vez, impide el desarrollo genético normal de los suelos en las áreas muy disectadas, con formas quebradas y escamadas, como sucede en la cordillera, las serranías y en las laderas más empinadas de las colinas; los suelos formados en estas condiciones son muy susceptibles al deterioro y ostentan marcas de procesos erosivos en los lugares que han sido de alguna manera intervenidos por el hombre. La topografía plana depresional de los valles de los ríos, de la planicie marina y de los sectores cenagosos ha propiciado los depósitos de sedimentos minerales finos y materiales turbosos, a partir de los cuales se han desarrollado suelos minerales y orgánicos pobremente drenados, en cuyos perfiles se muestran los efectos del proceso de anegamiento en forma de colores grises puros o con manchas de tonos rojizos y amarillentos en los horizontes del suelo. Áreas extensas de relieve plano cóncavo están constituidas por suelos orgánicos con diferentes grados de evolución y parte de ellos, cubiertos con vegetación de bosque.
La vegetación con diferentes grados de intervención por acción antrópica juega un papel fundamental en la conservación de la fase orgánica de los suelos del Chocó, lo cual es muy importante si se tiene en cuenta que en los horizontes orgánicos está almacenada la mayor parte de los elementos necesarios para la nutrición vegetal; la selva tropical húmeda, con toda la biodiversidad en flora y fauna, es un entorno bajo el cual se desarrollan suelos tan frágiles como indispensables para el sostenimiento de la vida en la región.
Fauna
Las planicies inundables del Atrato y sus diferentes unidades fisiogeográficas forman un extenso corredor biológico que va desde la zona media de su cuenca hasta su desembocadura en el Océano Atlántico.
La estratégica ubicación geográfica de la zona conforma también paisajes especiales y lugares de intercambio entre la biota (Avifauna) de Sur, Centro y Norte América, y refugio natural de un sinnúmero de formas de vida y hábitos de crecimiento que alcanzan su máxima expresión de riqueza en estos ecosistemas.
Colombia alberga aproximadamente 1.800 especies de aves, las cuales equivalen al 20% del total de las especies registradas en todo el mundo ocupando así, el primer lugar en riqueza de aves. Para el estudio de estas, el Chocó biogeográfico colombiano se ha dividido en dos grandes territorios que tienen características físicas y ambientales muy particulares. La primera denominada Darién, comprende las tierras bajas y colinas que no superan los 1.000 m.s.n.m, en Panamá en su región oriental y la región norte y centro del departamento del Chocó y parte del Urabá antioqueño, terminando en el norte del Chocó justo al sur de la serranía del Baudó; la segunda es conocida con el nombre de Chocó y atraviesa toda la longitud del oeste de Colombia y Ecuador, se extiende a lo largo del sur del Chocó y límites de la Serranía del Baudó.
En la región del Chocó biogeográfico colombiano se encuentran registros de 778 especie, pertenecientes a 439 géneros y 73 familias. En la cuenca del Atrato se ha reportado la presencia de 183 especies distribuidas en 54 familias. Esta diversidad es debido a su posición geográfica y la variedad de microclimas que ofrecen los bosques de esta zona. Además, en esta ecorregión la avifauna representa un papel ecológico fundamental, puesto que cumplen funciones como controladores de poblaciones de insectos, dispensadoras de semillas y polinizadoras, por lo cual se consideran un componente importante en la dinámica y conservación de los ecosistemas naturales.
En el canal navegable del Atrato habitan muchas especies de grupos migratorios y encuentran en esta región las condiciones óptimas para su reproducción al igual que alta disponibilidad de alimento -en su mayoría piscívoros, el humedal les proporciona variedad y abundancia-. Las aves Ciconiiformes neotropicales generalmente habitan en humedales como lagunas, pantanos, ciénagas, así como cursos y espejos de agua, donde utilizan estos ambientes como sitios de alimentación durante la época no reproductiva, prefiriendo en su dieta peces, crustáceos e insectos.
Los principales agentes que amenazan directamente a las especies son: la perdida de hábitat por causa de la transformación de los bosques en cultivos, la tala selectiva de los árboles maderables que son el refugio y hábitat de especies de gran porte, la cacería indiscriminada de especies, la minería, entre otros.
Peces
La diversidad íctica presente en el complejo Atrato es de vital importancia para sus habitantes, lo que hace que exista amplia tradición de su uso, ya que el reconocimiento y uso de peces es cotidiano, registrando cinco tipos de utilidades para este recurso, que según el orden de importancia son: alimentación, comercio, medicina tradicional, mágico religiosidad y piscicultura.
El pescado constituye la fuente principal de alimento para las familias de las comunidades asentadas en las riberas del rio y sus tributarios y de las zonas costeras en este caso el golfo de Urabá, ya que se abastecen de proteína a bajo costo la cual aporta cerca del 70% de la proteína animal que se consume y que es necesaria para garantizar un bienestar nutricional, sacando provecho de unas 50 especies listadas, siendo el bocachico, el dentón, el quicharo, los bagres y las mojarras para la parte media los más comercializados, el róbalo para la parte más baja de la cuenca y los pargos y róbalos en la zona costera.
El comercio de peces es una actividad que goza de igual relevancia como la alimentación, cerca de unas 30 especies son comercializadas a nivel regional, el pescado se vende en localidades cercanas como Quibdó en la parte media y en la parte baja de Turbo y su valor depende de la disponibilidad del recurso y de la época del año.
Especies como el robalo, sábalo, bagre blanco, chivo, bocachico, doncella anchoa, el gunguma y besote, gozan de una excelente aceptación en los mercados regionales lo que garantiza de buena manera su venta, dejando valores económicos representativos que permiten suplir otras necesidades domésticas y de igual forma variar o balancear la dieta alimenticia. Todas estas actividades van en el marco de la pesca artesanal o de subsistencia, muchos de los pobladores de la cuenca durante todo el año dependen de ella.
Especies como la raya, quicharo, los guacucos, la anguila, róbalo y robalito se asocian al uso médico-tradicional ya que se le atribuyen propiedades analgésicas, antiasmáticas, y dermatológicas. En el caso de la raya se utiliza su hígado y aguijón de la cola para problemas de asma y dolores de muela respectivamente, las escamas del quicharo son utilizadas para acelerar el proceso de maduración de acezos dérmicos (nacidos) y por último la grasa del róbalo y robalito es empleada para tratar la dolencia del cuerpo y la artritis.
Las creencias en las propiedades curativas y la deficiencia del servicio de salud en gran parte de la cuenca, hacen que la medicina tradicional se mantenga vigente en las comunidades rurales las cuales siguen conservando la tradición curativa ancestral, viendo en los peces alternativas curativas que no presenta la medina convencional.
El Atrato en su complejo alberga especies ícticas de gran interés no solo por su valor socio económico o cultural sino también por encontrarse en algún grado de amenaza. El corredor presenta especies que por su susceptibilidad están propensas a la exticion, según UICN; bocachico (crítico), boquiancha (crítico), doncella (crítico), róobalo (vulnerable) y el Mero (crítico).
Actividades como la expansión de las fronteras agrícolas y ganadería que se han proliferado en la región, el aprovechamiento forestal, el establecimiento de cultivos de uso ilícito, la sobrepesca, capturas en épocas de reproducción, modificaciones a los aparejos y artes de pesca tradicionales que aumenta la eficacia en la pesca, la introducción de especies foráneas que altera las dinámicas ecológicas no solo de los peces sino de otros niveles tróficos, el aprovechamiento del recurso sin bases socioeconómicas ni ecológicas, sin seguimiento y control por parte de las entidades encargadas de salvaguardar la biodiversidad y la falta de una conciencia ambiental, están llevando al filo de la extinción a especies como el bocachico, boquiancha, doncella, róbalo, el mero, entre otras. Estas especies han disminuido ostensiblemente sus poblaciones y los pescadores tienen que invertir mayor tiempo en las faenas de pesca, lo que representa mayores costos de desplazamiento y muchas veces no compensan la inversión con los logros en las mismas.